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AKA Vestales

Conversamos con el equipo del proyecto Vestales, a quienes realizamos diferentes preguntas sobre la visión, gestión y desarrollo del proceso de exposición artística que han venido realizado.


Preguntas:


¿Qué es vestales, cómo se conciben a ustedes mismas? ¿de donde surgen?


Vestales es un proyecto creado por Lina Bermúdez, Silvia Ramos, Lizeth Fernández y Dalia Velasco, mujeres de diferentes áreas, quienes interesadas por las artes de otras mujeres colombianas se unieron con el objetivo de visibilizar las creaciones de las mismas, dar paso a un archivo de creadoras y, a su vez, pensar desde un ejercicio crítico los estados, procesos y efectos de ese arte creado por mujeres. De igual manera, como una respuesta a la mirada dominante donde el arte de mujeres parece ubicarse en unas categorías limitantes y sexistas, el proyecto pretende dar a conocer la complejidad y diversidad del mismo, entendiéndolo no como el arte de lo femenino sino como el arte de lo humano, como históricamente se ha entendido el arte producido por hombres. Por esa razón, nos interesa que el arte hecho por mujeres sea expulsado de esa creencia de que su contenido solo es pertinente para otras mujeres y que, tanto hombres como mujeres, puedan acercarse a un espacio desde el cual puedan apreciar con mayor complejidad y agudeza el arte hecho por nosotras. Que se entienda que las mujeres tenemos diversos lugares de creación, técnicas, intereses y discursos; y que estos pueden salirse de los parámetros o reglas que han planteado los hombres, quienes han dominado las academias, museos, galerías y demás espacios.

Vestales surge del deseo por abordar desde la interdisciplinariedad lo comentado anteriormente. Por esa razón nos interesa abrir espacios para las creaciones relacionadas con la Literatura, las Artes Escénicas, las Artes Plásticas y, como un espacio que recién se está creando, para el Cine.


¿Cómo empieza a materializarse el proyecto?


Dalia: El proyecto inició con un equipo más grande y con un nombre diferente; no obstante, con el paso del tiempo, se ha ido depurando. Actualmente somos cuatro mujeres las que integramos el proyecto, que a pesar de las transformaciones que ha atravesado el equipo se ha mantenido en su objetivo central: ser una plataforma de visibilización, archivo y crítica.

Ese primer intento estuvo cargado de entusiasmo y deseos por aterrizar los anhelos de cada una. Aunque no se dio como lo esperábamos, dejó muchos aprendizajes en relación con la organización interna, la claridad de los procesos de trabajo, los aspectos más vitales para la convivencia y algunas claridades en relación con la comprensión de los principios que sostienen al proyecto. De esa primera fase, muy ingenua y volátil, aprendimos a reconstruir unos caminos más claros, desde los cuales todas podemos comprender por dónde vamos, por qué estamos allí y para dónde deseamos dirigirnos.

Silvia: El proyecto se dio gracias a que una mujer, que ya no hace parte del equipo, nos convocó a todas y nos planteó la idea de crear un espacio interdisciplinar de visibilización del trabajo de mujeres artistas. Inicialmente no tenía mucho orden y con el tiempo se fueron acomodando las cosas. Se ha ido dando de manera orgánica el enfoque y el trabajo que hasta ahora hemos hecho.

Empezamos solo con la intención de complejizar nuestra mirada y de conocer el trabajo de otras. Con el tiempo decidimos salirnos del formato de Instagram y expandir la plataforma a video, podcast y un blog.

Liz: Si bien el grupo empieza gracias a una chica que convocó al resto para conformar un equipo interdisciplinar para la visibilización del arte de mujeres en Colombia, es cierto que la manera en la que se ha materializado el proyecto como tal ha sido gracias al trabajo que cada una ha hecho dentro de éste. Los aportes personales y profesionales de cada una han realmente ayudado a darle forma a lo que es hoy en día Vestales. Ha sido todo un proceso de aprendizaje y escucha en un grupo de mujeres que realmente no se conocen fuera de la esfera virtual. Es por esto que ha sido todo un reto mantener siempre un rumbo unidireccional de lo que busca el proyecto, pero por ahora ha sido un trabajo en equipo donde el orden, la escucha, los planeamientos, las colaboraciones, las ideas y el aprendizaje en general forjan el proyecto y nos ha permitido seguir produciendo contenido hasta hoy.


¿Cómo va avanzando el proyecto? ¿Cómo se han perfilado? Podrían comentarnos sobre algunos de los retos que han tenido, además de un punto de inflexión en el proceso de construcción de su propuesta o un momento que las haya marcado.

Dalia: El proyecto se encuentra en un periodo corto de receso en el que estamos conversando nuevamente aspectos sobre los pilares del proyecto y sus posibilidades; sin embargo, aunque esta pausa continúe, nos encontramos trabajando en algunos contenidos que se han retrasado a causa del paro nacional y otros asuntos.

Los retos más grandes que hemos tenido se han relacionado con la organización interna y la forma en cómo procesamos grupalmente los tiempos y compromisos. Trabajar en un proyecto auto gestionado mientras debes lidiar con las exigencias laborales y académicas del día a día, no es fácil. Requiere de mucha claridad grupal, organización interna, disposición para el diálogo y compromiso.

Silvia: Desde una mirada externa, el proyecto ha sido constante y ha ido creciendo significativamente. La recepción ha sido muy positiva y ya hemos tejido redes con otros proyectos y artistas. Ya en lo interno es otra cuestión, trabajar en equipo es un reto grande.

Al principio éramos 6 y en este momento somos 4, poner de acuerdo a 4 personas es muy difícil. Más porque nosotras tomamos la decisión de no tener una cabeza o una líder. Decidimos que fuera un grupo “Horizontal” y eso ha sido un reto aún más grande porque creo que es una palabra que actualmente está muy manoseada pero no se entiende mucho que significa eso y cómo son esas dinámicas. Poco a poco nos hemos ido conociendo, entendiendo el ritmo de las otras y moldeando las bases que cimientan el proyecto.

El reto más grande ha sido con el lenguaje y resignificar la forma de trabajar en equipo. Al ser un proyecto que no da dinero, a veces es más difícil poder sacarle tiempo ya que toca responder por otras cosas que sí nos dan sustento. Es difícil que todas tengamos el mismo ánimo o determinación para hacer las cosas y por eso se ha ido depurando el grupo. Un punto de inflexión fue la salida de nuestras dos ex compañeras, ya que fue ahí donde realmente nos empezamos a preguntar que nos unía y a dónde queremos llegar todo esto. Por ejemplo, un reto es que el trabajar entre mujeres y por mujeres, no se enmarque en algo ideológico, si no que de alguna manera se pueda respetar la libertad y el criterio de mujeres con pensamientos diversos.

Liz: Después de la conformación del grupo inicial, hemos ido dándole un rumbo más fijo al proyecto gracias a los espacios virtuales en los que cada una aporta desde su perspectiva personal y profesional. Con el tiempo nos hemos dado cuenta que para realmente materializar el trabajo y la producción de contenido del proyecto como tal, debíamos tener una posición más clara acerca de los roles de todas en un grupo que finalmente busca desde la horizontalidad crear crítica y difusión del arte hecho por mujeres en Colombia. A pesar de las diferencias, retrasos, circunstancias y dificultades internas, compartir y escuchar nuestras perspectivas nos ha permitido tomar una posición más autocrítica del trabajo que buscamos generar y colaborar con las distintas artistas.

Un reto significativo, fue la situación política del país con las distintas protestas que se estaban dando nacionalmente. Siendo un grupo de chicas provenientes de distintas regiones, las circunstancias realmente afectaban de distinta manera a cada una y nos vimos forzadas a detener el ritmo de producción y acercarnos a un punto de inflexión en el que teníamos que considerar cuáles eran nuestras verdaderas prioridades en ese momento y cómo podíamos contribuir desde nuestra misión a difundir el trabajo que las artistas realizaban en el momento como respuesta a la situación. Allí tuvimos que inspeccionar realmente la manera en la que veníamos haciendo las cosas, nos enfrentamos con las primeras diferencias internas del grupo y nos cuestionamos cómo podíamos desde la autocrítica aportar a la realidad del momento.

¿Qué se viene para el futuro? ¿Cuál es la visión que tienen para el proyecto? O que puede esperar el público de ustedes en los próximos meses.

Dalia: Para el futuro se viene lo que realmente hemos querido hacer desde un principio, pero que no hemos podido concretar por diversas situaciones: compartir contenidos donde podamos conversar con artistas sobre su trayectoria, inquietudes y búsquedas; y sobre todo, contenidos donde podamos pensar las creaciones de otras mujeres. Se espera poder continuar abriendo espacios donde otras mujeres, también interesadas en pensar o compartir las creaciones de otras mujeres, puedan participar de nuestra plataforma.

Silvia: Para el futuro viene alimentar más plataformas que no sean solo Instagram. Yo creo que una de nuestras grandes apuestas es poder alimentar más el podcast, escribir en nuestro blog, alimentar el canal de YouTube. Que no se quede solo en el formato de los likes, si no que se vuelva ya una plataforma de discusión.

Liz: Vestales nos ha demostrado que tiene un potencial increíble para crecer y conectar con distintas personas y aunque el proyecto ha cambiado bastante desde sus inicios, nuestra misión sigue siendo la misma, poder darle visibilidad al trabajo hecho por mujeres en Colombia. Por esto nos entusiasma seguir colaborando con mujeres muy talentosas en sus áreas y sería increíble poder hacerlo en nuevas plataformas, para distintos públicos y que eventualmente genere un impacto significativo para el arte de las mujeres en el país.


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