Crónica de mi última experiencia Sensor, entrega de boletería, parche con amigos y rave bodeguero en toda regla.
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SENSOR es una marca capitalina, que fue ganando renombre por su trabajo en la producción de raves bodegueros, con una apuesta a los sonidos industriales. Aunque estos ya se trabajaban en la capital, su curaduría musical empezó una apuesta a los nuevos talentos internacionales en ese circuito, generando un movimiento atractivo para los ravers en busca de Dj más contemporáneos.
Preparación Del Rave
Son las 7 de la tarde del 14 de febrero, por lo general, comienzo más temprano mi preparación para el rave cuando estoy desempeñándome como promotor. El día del evento, es nuestra responsabilidad distribuir las boletas que nos queden y entregar el dinero correspondiente de las mismas, antes de que esté de inicio, cosa que acorta el tiempo disponible para prepararse.
Prepararse para un rave se transformaba en un ritual que he llegado a extrañar en cada detalle; comenzaba con seleccionar la ropa apropiada para el tipo de evento, en este caso, una bodega donde seguro el calor será un factor crucial a manejar, sobretodo en las horas de alto flujo, situación que contrasta fuertemente con el frío que espera en el camino de ida y regreso, que siendo las 10 de la noche o las 7 de la madrugada siempre resulta complejo de manejar si no se va bien preparado. Elegí mi ropa pensando en el boiler room de Possesssion París, que había visto hace poco, más puntualmente el set de Parfait, que hasta el día de hoy no he podido superar. Las prendas de corte semi deportivo combinadas con accesorios como cadenas, mallas o pañoletas resultaba en outfits cómodos, que se ajustaban con estilo a los requerimientos del baile bodeguero. Opte por un conjunto negro de dos piezas, recomendado para jornadas de ejercicio largas, permitía un movimiento cómodo para trotar y en este caso, bailar por horas, el único inconveniente que encontré fue el hecho de que no tendría bolsillos.
Necesitaba algo que me permitiera ordenar las cosas que se deben llevar y ubicarlas de tal manera que resulte fácil de cargar y que brinde seguridad; la solución inmediata, que ya había probado en otras fiestas, fue llevar un canguro, un implemento indiscutible para cualquier raver ya que permiten llevar cómodamente celular, billetera y en mi caso boletas del evento, con la seguridad de tener todo pegado al cuerpo, no resulta incómodo para bailar y es bastante útil para moverse dentro de la marea de personas, sin el mal viaje de ir con las manos en los bolsillo, que como ya mencione, no tendría este día. Agregué una buena chaqueta tipo parka para sortear el frío de Bogotá, una pañoleta que hacía las veces de bufanda y como último, unos tenis guerreros que aguantaran el rigor de una bodega, que se traducía en suciedad, pisadas, polvo y por supuesto el frenesí del baile.
Antes de salir, unas llamadas coordinando las últimas entregas de la noche y corroborar que llevo todo lo que necesito antes de cruzar la puerta de mi casa.
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Entrega De Boletas
La entrega de boletas el día del evento suele ser algo estresante, requiere moverse rápido para hacer las últimas entregas, mientras que se revisa constantemente el tiempo que se tiene para llegar al evento y entregar el dinero, momento en el cual, ya me siento completamente liberado para seguir el rave. Llegué a la calle 85 con tiempo de sobra para hacer las entregas, una parada en Cut Club, entregar boletas y saludar a los amigos, desviarme hacia Oxxo para comprar un ensure, gatorade y cigarrillos para sortear la noche, después, llegar a Carulla con algo de tiempo para estar con los amigos. En este punto me encuentro con Solomon Bosk un colega Dj con el que compartimos una gran admiración hacia DYEN, el Dj de la noche, compartimos nuestras expectativas sobre la presentación que tendrá y comentamos sobre X&trick, el artista que lo acompaña como headliner. Parchamos un momento en Carulla mientras llegan las últimas personas a las que debo entregar boletería, aprovechamos que tenemos algo de tiempo y decidimos comenzar el pre del rave comprando una cerveza Weidmann en Carulla, ya que solo la venden ahí, 12% de alcohol hacen de esta una dosis perfecta para comenzar una buena noche. Pasa el tiempo, entregamos las últimas boletas y nos despedimos de nuestros amigos para emprender nuestro camino, la locación del evento es en la zona industrial de Bogotá, por lo que tendremos que atravesar una buena parte de la ciudad.
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Llegar Al Evento
Atravesamos la ciudad en un uber con la emoción de conocer una nueva locación, ya que así lo habían anunciado los promotores. Al llegar, nos encontramos con una calle entre bodegas, animada por el flujo de ravers que se tendían a cada costado, parches de amigos a la espera del resto de su grupo, ravers calentando la noche con algo de alcohol y humo, y por supuesto la fila reglamentaria que se extendía al costado de una gran puerta metálica, que separaba la calle del interior de la bodega, nuestro destino final.
Nos bajamos en la acera de enfrente, me tome un momento para organizarme, contar el dinero de las boletas que tenía que entregar y ponerlo en un bolsillo interno del canguro, el cual para este momento uso cruzado en el pecho para tener más seguridad sobre mis pertenencias. Caminamos hacia la entrada con el bajo de la música golpeando nuestro pecho, con más intensidad a medida que nos acercamos. En la fila nos encontramos con amigos y otros promotores, quienes al igual que nosotros esperan con ansias conocer lo que había del otro lado de la puerta.
Rave En Toda Regla
Al pasar por la puerta la sensación térmica cambio casi inmediatamente, pasamos de enfrentarnos al frío de Bogotá a compartir el espacio con lo que calculo, podrían ser casi 400 personas, que ya se encontraban bailando adentro. En la entrada me cruzo con Andrey Dharot, Dj residente y organizador de Sensor, a quien le entregó el dinero correspondiente a la venta de boletería, justo antes de que dé inicio a su set como antesala del acto principal, me despido y le deseo lo mejor para su presentación.
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Mientras Andrey hacía su despliegue, notamos como la temperatura adentro de la bodega empezaba a subir, haciendo que la parka que llevaba empezará a estorbar. Entre el mar de gente ubicamos la barra, lugar donde nos dijeron que existía un ropero, atravesamos con dificultad la bodega, chocando con los animados asistentes, que comenzaban a fluir de forma más conjunta con la música. Al llegar a la barra nos encontramos con la suerte de tomar el último espacio en el ropero, alegres por esta coincidencia del destino, descargamos nuestros abrigos y nos preparamos para entrar al baile, no sin antes, abastecernos de agua, Gatorade y cigarrillos para no tener que acércanos de nuevo a la barra, lo que resultaría inconveniente cuando el ritmo de la fiesta empezara a subir.
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2AM (Tiempo Aproximado)
DYEN tomó el mando de la fiesta, en medio de una ovación general que le daba la bienvenida, mientras éste, llevaba el rave hacia el ascenso más esperado de la noche. El calor se apoderó del interior de la bodega, las luces empezaron a jugar con el beat acelerado, bajos secos y marcados nos embestía en el pecho con furia, sentía la energía conjunta de 400 personas bailando mientras el suelo de la bodega vibraba con los agitados pasos, librando un frenesí de baile que se apoderó de este espacio, en definitiva, el rave en toda regla por el que habíamos venido.
Un despliegue notable, cargado de clásicos de su propia autoría, acompañó las casi dos horas de presentación que DYEN mantuvo, hasta ser sucedido por X&trick; quien marcó la pauta, llevando el rave a un viaje que oscilaba entre clásicos del trance y el techno industrial, mostrando la maestría de la experiencia en cada transición que realizaba con una técnica impecable. Bailamos sin dar cuenta de las horas, meciéndonos en esa ola conjunta que forman los cuerpos al marcar el ritmo de la música, explosiones de energía en busca de catarsis, cuerpos sin tiempo mecidos conjuntamente en el flujo de la noche.
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6AM
Exhaustos por aquella descarga, tomamos una pausa para recuperarnos, mientras el cuerpo nos avisaba que la energía se aproximaba a cero. Emprendí mi último ritual, un pequeño estiramiento ayudándome de una pared, como cualquier jornada de ejercicio, este pequeño paso resulta clave para un buen descanso, y en mi experiencia brinda un cierre perfecto para la noche. Emprendimos nuestro camino de retirada, recorriendo aquel mar de cuerpos cansados que se negaban a salir del trance, mientras le daban la bienvenida al sol, que ya se colaba por el techo de aquel complejo. En el lugar la temperatura bajaba constantemente, el viento frío de la mañana capitalina entraba por la puerta en una bodega notablemente más vacía. Nos dirigimos de nuevo a la barra, cruzándonos con los ravers más fieles que seguían entregando toda de sí hasta el final. Reclamamos nuestras cosas mientras la música se iba apagando, una ovación final para DYEN Y X&trick, quienes nos habían brindado una noche memorable, finalmente, silencio, marcando el cierre de nuestra jornada, otro rave para la historia…
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Mi último rave con Sensor, también se convirtió en mi último rave antes de que el mundo entrara en cuarentena. Rituales de preparación, movimientos por la ciudad, parche con amigos y un baile sumido en el frenesí de la música en medio del concreto de una bodega, hicieron de este un digno cierre para mis fiestas. Me deja expectante de seguir compartiendo la experiencia Sensor cuando todo esto acabe y podamos reírnos de la época en que las raves se detuvieron en el tiempo, estoy seguro que volveremos.
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